C I M A
blog image

Conociendo la historia del Autismo

El autismo nació en el año 1943 cuando Leo Kanner, un psiquiatra, observó características distintas en pacientes que estaban diagnosticados como “esquizofrénicos.” Tomó la palabra “autismo” prestada de Eugene Bleuler, un psiquiatra que uso esta palabra para darle nombre a un “tipo de esquizofrenia”. La palabra autismo viene del griego que significa auto o sí mismo y Bleuler la uso para describir lo que el notaba en estas personas con esquizofrenia, que tenían un enfoque en sí mismos (Gallo, 2010).

 

Kanner notó que los casos que el observaba eran distintos a la esquizofrenia en que parecían carecer de un periodo de desarrollo estándar antes del comienzo de los síntomas. Años después fue Sir Michael Rutter, uno de los líderes en psiquiatría infantil quien sacó a la luz un artículo que explicaba las diferencias entre esquizofrenia y autismo. Entre esas diferencias se mencionaban estudios neurológicos que notaron diferencias en la neuroanatomía de casos de autismo y casos de esquizofrenia (Stanley 2002). También se encontraron diferencias en estudios genéticos, de habilidades cognitivas y de distribución de género (siendo el autismo más común en hombres y la esquizofrenia tan común en hombres como en mujeres), entre otros.

 

Kanner dio las siguientes características iniciales en cuanto al autismo:

 

  • Un aislamiento autístico, es decir una preferencia por estar solos y una deficiencia en las relaciones con otros
  • La necesidad por “lo mismo”, es decir una preferencia por rutinas y una resistencia a los cambios
  • Excelente memoria
  • Mutismo o lenguaje sin sentido
  • Tendencia a estar sobre estimulados
  • Hábiles con objetos, pero repetitivos en la manera de usarlos
  • Capacidad cognitiva media o encima de la media

Sin embargo, en 1956 Kanner cambió las características de su definición a tan sólo tres:

 

  • Aislamiento extremo
  • Necesidad por lo mismo
  • Comienzo de síntomas antes de los 2 años de edad

Algunas de las teorías de Kanner fueron rechazadas y luego Rutter propuso distintas características:

 

  • Retraso en el lenguaje
  • Deficiencia en formar relaciones interpersonales
  • Comienzo de los síntomas antes de los 30 meses
  • Desorden compulsivo y ritualista

Más tarde, en 1980, el Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales decidió incluir autismo y se le dieron las siguientes características al trastorno:

 

  • Deficiencia social
  • Retraso en el habla
  • Conductas estereotipadas o ritualistas

En la tercera edición de este manual también se incluyeron Áspergers, TGD, Síndrome de Rett y Síndrome de Heller. Siendo Áspergers similar al autismo, pero caracterizado por capacidades cognitivas y lenguaje superior y TGD similar al autismo, pero con insuficiente sintomatología para llegar al diagnóstico formal de autismo. Ambos Rett y Heller tenían también características muy similares a autismo.

 

Para la cuarta edición de este manual había mucha controversia sobre si en realidad no eran todos básicamente lo mismo. Es por esto que la quinta edición redefinió autimo y lo nombro un espectro en el que se incluyen todas estas distintas categorías.

 

Con los cambios en el DSM 5 las características actuales son:

 

    • Deficiencias en la comunicación e interacción social
    • Patrones repetitivos o restringidos de comportamientos, actividades ó intereses

Es importante mencionar que dentro de esta segunda característica el manual también agrego la híper o hipo reactividad sensorial o el interés inusual por aspectos sensoriales del medio ambiente.

 

Este es más o menos un pequeño resumen de la historia, hasta el día de hoy o por lo menos la definición actual. Como muchas historias, esta se las cuento para informarlos, sí, pero también para decirles que lección me da a mí esta historia. Como pueden ver, la definición de autismo ha ido cambiando y es un espectro que abarca muchas características dentro de sus mismas características y categorías. Creo que el autismo es un trastorno muy complejo que puede manifestarse de muchas maneras distintas entonces la primera lección es poner atención, asegurarse de que se estén llevando acabo los exámenes rutinarios de desarrollo en los hijos y comunicar a un médico sí tenemos cualquier preocupación para que o nos dé un diagnóstico apropiado o nos refiera con un especialista. La segunda lección es que el diagnóstico no lo determina todo, cada persona con autismo es diferente y cada persona merece que le demos la oportunidad de demostrar que habilidades y retos tiene, que no porque tengan autismo quiere decir que puedan o no puedan hacer algo y que tenemos que impulsarlos a demostrarlo. Para mí el diagnóstico, no es como cuando te dicen que sacaste cierta nota en un examen y no hay nada que se pueda hacer al respecto. Al contrario, el diagnóstico es algo que te dice “esto tienes”, no “esto eres”. Las personas no son autistas, contrario a como se le suele decir normalmente, si no tienen autismo. Lo tienen porque a pesar de que presentan sus síntomas no son, ni se definen por sus síntomas. El diagnóstico es el punto de partida para reconocer características y tener una mejor idea de cómo tratarlas, es el punto de partida de deficiencia y discapacidad a la habilidad y al progreso. El diagnóstico es una herramienta de guía en el tratamiento para sacarlos de ese régimen de dificultad o deficiencia porque ellos tienen autismo, pero no son autismo, ellos son más, ellos pueden llegar a mucho más y el diagnóstico nos enseña por dónde empezar.

 

Referencias:

 

Tarbox, J., Dixon, D., Sturmey, P., & Matson, J. L. (2016). Handbook of early intervention for autism spectrum disorders: Research, policy and practice. New York, Dordrecht, Heidelberg, London: Springer.

PBX

(+502) 2393-1730

Correo

info@cima.gt

Dirección

Ver en Google Maps

© 2022 CIMA Guatemala | Todos los derechos reservados | Web by Factoría Digital